RANA PYRENAICA

Los anfibios es uno de los grupos vertebrados presentes en el Parque Nacional con mayor valor ecológico, no sólo por presentar especies endémicas como "Rana Pyrenaica", sino también por su importancia como indicador de salud ambiental y de cambio global. Las perturbaciones, en cantidad y calidad, de los recursos hídricos tienen profundas consecuencias sobre la vida acuática. Uno de los grupos sobre el cual estos efectos negativos tienen mayor incidencia es el de los anfibios, taxón muy sensible a las alteraciones ambientales, especialmente las hidrológicas.

En dicho sentido, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido está elaborando un inventario y los criterios de gestión de los anfibios dentro del ámbito del Parque. Para ello se realizan las siguientes labores:

- Inventario de anfibios del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, con caracterización morfológica y distribución espacial.
- Seguimiento y elaboración de las medidas de gestión para la conservación de los anfibios.

El estudio de la distribución y estado de conservación de las poblaciones de "Rana Pyrenaica", será una de las prioridades del proyecto. Su relevante interés ecológico, su singularidad y el elevado grado de amenaza que se cierne sobre la especie así lo requieren.

A continuación se describen algunas generalidades de la especie:

La "Rana Pyrenaica" se caracteriza morfológicamente por un tamaño de unos cinco centímetros de longitud y una coloración marrón-verdosa, perteneciendo al grupo de ranas pardas. La cabeza es ligeramente más ancha que larga, con el hocico redondeado. El tímpano es pequeño y, muchas veces, imperceptible. La distancia entre las narinas es relativamente amplia, mayor que la existente entre los ojos. Cuanta con pliegues dorsolaterales estrechos.

Sus miembros son proporcionalmente largos y la articulación tibio-tarsal alcanza el hocico o lo supera ligeramente cuando los miembros posteriores son abatidos hacia delante. Las partes superiores pueden ir de un color crema claro a un color gris oliváceo, a veces con tonos marcadamente rojizos. Su coloración general es poco contrastada.

Detrás de los ojos, las ranas muestran una mancha oscura que continua por el iris y se prolonga anteriormente en una franja que alcanza los orificios nasales. Las partes inferiores son blanquecinas, al igual que la garganta, que todo lo más puede mostrarse con un jaspeado grisáceo muy tenue.

Las hembras de la "Rana Pyrenaica" alcanzan un tamaño ligeramente superior al de los machos y un color más rojizo. Éstos poseen un antebrazo más robusto y en la palma de la mano y los dedos presentan callosidades nupciales en forma de abultamientos.

Se trata de una especie torrentícola, es decir, que se desarrolla y vive en los rápidos torrentes de la alta montaña - entre 1200 y 1800 mts. sobre el nivel del mar, si bien se le ha encontrado entre los 840 y los 200 mts. -, caracterizados por su corriente y aguas frías, oxigenadas y cristalinas. Los adultos y subadultos se alejan poco del agua, situándose en riberas de arroyos o bien escondiéndose bajo pequeños saltos de agua, piedras situadas en torrentes o estrechas fisuras.

En febrero y marzo las hembras colocan la puesta de huevos debajo de las rocas, aprovechando fisuras y piedras que en ocasiones son de gran tamaño y pueden llegar a pesar grandes toneladas. Asimismo, los renacuajos son capaces de nadar a contracorriente, lo que implica un elevado gasto energético y un alto grado de desarrollo muscular en la cola.

Sin duda, la "Rana Pyrenaica" ofrece la posibilidad de realizar investigaciones sobre ecología de poblaciones y el estudio de las adaptaciones de los seres vivos a los ambientes de alta montaña del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.